La película Calabria—que se estrena hoy en España— cuenta la historia de una familia italiana. Y si, son mafiosos. Pero no, el filme no va de eso. Al menos es lo que dice Francesco Munzi (Roma, 1969), su director. “A mí me gusta contar historias sobre personajes centrándome en sus relaciones íntimas. El entorno familiar es interesante porque puede protegerte, pero también te puede oprimir. Y si, la mafia es como una familia ampliada”, explica.
Ya indagó en este tema en su primera película Saimir (2004), un drama sobre la inmigración que consiguió una mención especial en el Festival de Cine de Venecia. Luego lo volvió a hacer en 2008, usando como telón de fondo el contraste social, en Il resto della notte (El resto de la noche), que se estrenó en Cannes. “En la ’Ndrangheta (mafia calabresa) los lazos de sangre son especialmente importantes. Por eso es tan difícil que haya arrepentidos”, aclara Munzi, que se inspiró en el libro Anime nere (Alma negra) de Gioacchino Criaco.
En su novela, Criaco narra la vida de tres muchachos del Aspromonte (una zona de Calabria, al sur de Italia) que se ven obligados a involucrarse en el negocio criminal local. “Me enamoré de la historia, tanto que abandoné otro proyecto para empezar a trabajar en esta película”, cuenta y agrega que lo que más llamó su atención fue que el autor trataba la maldad desde el luto y la pérdida, y no desde la épica o el mito. “Mezclaba lo arcaico con lo moderno y posmoderno, y describía perfectamente ese mundo misterioso que tiene habitantes en todas partes. No solo en Italia”.
Hace hincapié en eso porque no le gustan los estereotipos. “Hay que rechazarlos siempre”, dice, “pero eso no quiere decir que no podamos contar estas cosas, porque sin duda ocurren”, se justifica. Por eso su película parece ser más de crítica social.
Y eso es lo que la hace resaltar. El drama de Luciano, interpretado por Fabrizio Ferracane, un hombre que quiere despegarse de sus hermanos Luigi (Marco Leonardi) y Rocco (Peppino Mazzotta), unos traficantes de droga, ganó el Premio Pasinetti a la mejor película en Venecia, donde Munzi también estuvo nominado como director. Además, se ha estrenado con éxito en Italia y Francia, y se ha vendido a países como Australia, Nueva Zelanda y Eslovaquia. “Solo espero que la gente (¡y la prensa!) no se confunda y la vea como otra peli de mafiosos”.
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